Por ahora les dejo un adelanto del capítulo 11:
El resto del día fue perfecto. Hablaron de la rehabilitación y de Bella, del nuevo instituto, de sus compañeros, de sus clases y de sus nuevas composiciones que aún estaban en bruto. Ella habló de su trabajo, de su nuevo jefe, de su nueva computadora y de que el piano ya había sido reparado.
- ¿Emmet ha llamado? –preguntó temeroso mientras tomaban el té en la sala. Le dolía en el alma el odio de su hermano, aquel que seguía siendo su héroe y un modelo de persona.- Claro – respondió ella – el Cuatro de julio estuvo en Seattle y preguntó por ti – mintió y Eleazar le miró con reproche.- Por qué no me ha llamado – Le preguntó frustrado – Tengo deseos de hablar con él, hay tantas cosas que quiero decirle…-- Tu siquiatra ha dicho que por ahora nada de llamadas – respondió ella – debemos ir poco a poco hijo – acarició su mejilla – pero Alice y Emmet se alegraron mucho cuando se me permitió venir – bajó un poco la voz – espero que esto te haga bien…-- ¡Mamá! – Protestó – lo único que quiero es volver a verlos y arreglar las cosas. No puede hacerme mal…--Poco a poco – volvió a repetir Esme.
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