Se bajó de la cama en un movimiento provocador y sensual y se puso ante él quitándose el sweater y la camiseta en un movimiento. Mike le observaba con los ojos oscurecidos y la respiración agitada.
Ella sonrió y le lanzó la ropa a la cara. Como siempre pasaba, ambos se transformaban, y ya no eran los casi hermanos que se habían criado juntos, pasaban a ser amantes furtivos que descargaban en el otro los traumas que la vida les había generado.
Para la joven, el querer como quería a su primo no tenía nada de malo. Desde que se vio sola con él en el mundo, e incluso antes, ella lo veía como su opción más correcta, como el único hombre con el que se sentía segura, como la única persona que la podía doblegar y sacarla en un segundo de su papel.
Nadie le había enseñado lo que era el amor, pero estaba convencida que lo que sentía por Mike se acercaba bastante a lo que debía ser ese sentimiento. Nada en la vida lo había hecho por maldad. Ella creía firmemente que si la vida se había ensañado con su persona, tenía todo el derecho de devolverle la mano de alguna forma. Mike había sido lo único bueno que había tenido y no lo dejaría marchar de su lado sin luchar.
Santa cachucha, me equivoco hasta para comentar.
ResponderEliminarEn fin...
Ojalá me ponga pronto al día con tus historias, porque son preciosas, y si no terminaré aplastada por las actualizaciones. Habrá que hacerse tiempo.
Saludos desde Chile! O creo que eres chilena xD