Violencia Silenciosa: extras capítulo 19

- Maldito bastardo –escuchó a alguien gritar fuera de sí.

- Sal de aquí – respondió otra voz en respuesta –, no es tu asunto…-

Ella por un momento sintió alivio, como si un peso muy grande le hubiese sido quitado de encima.
Escuchó a lo lejos a alguien quejándose. Quizás estaba soñando y esa era la manera que tenía su cerebro de protegerla y evitar que pasara consciente por todo aquello.

Y se ahogaba, no podía respirar.

¿Acaso moriría ahí, tirada en el viejo y olvidado parque de Forks?

Necesitaba ayuda, necesitaba gritar, más no podía encontrar la manera de volver en sí.

Hiperventilaba y su mente pasaba de la consciencia a la inconsciencia en fracciones de segundo.

Sintió frío y tenía la impresión de que su cuerpo ya no tocaba el suelo, pero de inmediato un calor –abrazador y conocido – la invadió.

Se sintió en casa.

- Ya estoy aquí, cariño – susurraron en su oído.

Y el miedo huyó despavorido.

****

"If you should ever leave me

Well life would still go on believe me

The world could show nothing to me

So what good would living do me.

God only knows what i'd be without you."

Volvió a la realidad lentamente cuando escuchó la voz de su madre arrullándola. Renée volvía a cantar aquella vieja canción de los Beach Boys que le había dedicado Charlie al proponerle matrimonio – o eso sabía.

Era una hermosa melodía, pero sabía que su madre solo cantaba esa canción cuando algo le preocupaba en demasía. Entonar ese tema significaba una vía de escape y no pudo evitar la tristeza al recordar que todas las últimas veces que la había escuchado cantarlo era a causa suya.

- Cariño, – murmuró la voz raspada de la mujer - ¿Me escuchas? – Sintió una mano áspera en la comisura de su ojo izquierdo – No llores mi niña – susurró y ella se sorprendió porque no sabía que estaba llorando.

Abrió sus ojos haciendo un gran esfuerzo. Los músculos de su cara le dolían al menor movimiento. Pestañeó un par de veces para adaptarse a la luz de un foco que alumbraba fuertemente sobre ella y luego localizó el rostro de su madre al costado derecho de su cama.

Detuvo sus pensamientos un momento. No estaba en su habitación, mucho menos en su cama.

- ¿Dónde estoy? – preguntó con la voz tan fina que no sabía si su madre la había escuchado o no.

- En el Servicio Asistencial de Forks –respondió escuetamente y desvió la mirada –. Recuerdas algo de lo que ocurrió ayer – Bella se tensó, no sabía que habían pasado tantas horas, tampoco podía recordar si Mike había logrado su objetivo.