Suspiró y deseó que todo fuese una pesadilla; imaginó que pronto despertaría en su habitación en Seattle, solo tendría 15 años y les diría a sus padres que no tenía deseos de irse a ese pueblo. Negó con la cabeza, si todo fuese un sueño, Edward no estaría en su vida y eso para ella valía tanto que estaba dispuesta a pasar por todo otra vez solo por un día en compañía de él.
Se durmió después de varias vueltas en la cama, pero fue un sueño intranquilo, lleno de pesadillas mezcladas con recuerdos, lleno de angustia y miedo a perder lo único que le ayudaba a seguir adelante con esa batalla que no creía poder ganar.
Despertó con el sonido del teléfono a eso de las cinco de la madrugada, era un número privado que bien podría ser su padre, pero el dolor que sintió en su pecho le auguró que algo no estaba, ni estaría, en su lugar.
- Diga – respondió asustada; su voz salió ronca y temblorosa evidenciando su maltrecho estado de ánimo.
- Isabella Swan, ¿qué has decidido sobre la demanda? – preguntó una voz aterradora e impersonal, claramente distorsionada con algún aparato.
Tembló de miedo una vez más y haciendo caso a su instinto, cortó la llamada. Esa sería la primera de muchas.
No es mucho, pero tampoco quería spoilear y que el capítulo llegara sin ninguna sorpresa.
No me odien por demorarme.
Un beso
O.O No, Bella, ¡no! Resiste.
ResponderEliminarxD No me extrañaría que así terminara el capítulo, siempre te las arreglas para dejarnos intranquilos!
Ohh Bella, no te vayas por el lado que creo que te irás!!!
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