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domingo, 5 de febrero de 2012

Violencia Silenciosa: Extras cap. 28

- ¿Qué crees que haces? – gritó Lauren desconectando el aparato de la computadora – Con lo que le has dicho tiene material suficiente para meterte a la cárcel – elevó un poco más su voz.

- No lo hará – rebatió furioso.

La odiaba, pero a la vez la amaba y la deseaba tanto que su sistema parecía estar sufriendo el síndrome de abstinencia de una droga peligrosa y letal.

- De un tiempo a esta parte está de lo más valiente… no me extrañaría que en cualquier momento llegue la policía… tienen tanto dinero que incluso puede que envíen matones a acabar contigo- él sonrió con suficiencia.

- Sé que aún le preocupo, quiere jugar conmigo, pero en el fondo le duele lo que pueda pasarme… creo que hasta siente algo por mí – murmuró lo último como perdido – estuve observando cómo se comporta con Cullen… parece una perra en celo, pero no le ha dicho nada de las llamadas.

- Mike, no te engañes – pidió Lauren de forma suplicante –. Su papito consentidor contrató hasta un guardaespaldas para evitar que alguien se le acerque… te van a descubrir si te sigues arriesgando por ella… ¡Maldita sea Mike, deja eso ya!.

- ¡Sal de mi cuarto! - gritó Mike fuera de sí – ella me ama, solo que necesita recordarlo… yo le haré recordarlo para que nunca más sienta la necesidad de acostarse con ningún otro… ella es mía… ella es mía.

Lauren le miró un momento con odio y luego salió de allí con su cabeza girando a mil por hora… quizás no era tan descabellada su idea de amenazar a Edward para que cediera, por cómo estaban las cosas ya no le importaba si Mike iba a la cárcel y si Edward aceptaba su trato, Bella sufriría mucho más.

Mike se quedó en silencio en su habitación y la imagen de Bella a punto de hacerlo con Cullen pasaba como una película, retrocediendo y avanzando, mostrándole lo que ella por terca se negaba a entregarle.

Quisiera liberarla y liberarse de aquella atadura que lo estaba volviendo loco, pero si lo hacía la vería partir y él no podía permitirlo… No, ella no se alejaría de su lado, así tuviese que obligarla. Ella estaba protegida, pero Cullen no y por ahí atacaría, ella accedería a él por su propia voluntad.

Recordó perdido en la parte de una canción que sonaba en la radio cuando volvía a casa… se había quedado en su memoria y encajaba perfecto con todos aquellos sentimientos que se agolpaban en su pecho, mezclándose con el odio y la rabia que sentía. Comenzó a susurrar inconsciente.

Desesperación
Dislocación
Separación
Condenación
Revelación
Tentación
Aislamiento
Desolación


/VS/

- ¡Edward, Bella se ha ido! – gritó Renee por el teléfono.

Le costó reaccionar y entender las palabras de Renee, mal que mal, a diferencia de la vez anterior, Bella no había dado indicios de querer huir, además que con todo lo que estaba pasando, era demasiado descabellado e irresponsable incluso pensarlo.

- Debe ser un error – murmuró rogando que fuese una broma.

- Me dejó una carta, dice que se irá, que no sabe a dónde, pero que es lo mejor para ella y para nosotros. Dijo que te llamaría cuando se asentara en algún lugar seguro y que te ama.

Cortó la llamada sin esperar más datos, tenía que encontrarla y creía que su Volvo podía correr casi el doble que su camioneta, así que si se apuraba lo más probable es que pudiese alcanzarla.

No podía ser… una vez más lo abandonaba.

- ¿Qué tienes en la cabeza? – se preguntaba frustrado. Era increíble como Bella creía que todos los problemas del mundo era su culpa y que alejarse era la solución.

Parecía estar viviendo una especie de Déjà vu interminable, porque ella siempre llegaba a la misma conclusión: alejarse de él con la excusa de protegerlo.

Salió raudo y agradeció que la lluvia hubiese mermado un poco, así podía exigirle un poco más al coche. Estaba tan angustiado que ni siquiera le había avisado a su madre, solo había tomado las llaves del auto y lo había sacado del garaje.

Condujo a lo máximo que su vehículo permitía, agradeciendo que la lluvia hubiese cesado, así tenía mayor visibilidad y podía conducir al límite de velocidad… sabía que Bella aún estaba cerca, su corazón la sentía.

Respiró profundo cuando al doblar una curva observó, a pocos metros, el trasto viejo de Bella.

Estacionó el coche tras la camioneta y se bajó agradeciendo a los cielos el haberla encontrado inmediatamente. Llegó hasta la puerta de Bella y ella, que estaba con la frente apoyada en la manubrio, dio un salto asustada cuando él intento abrir pues la puerta estaba asegurada por dentro.

- Bella, soy yo – gritó ante los gritos de ella.

La observó dudar un momento y luego abrir la puerta, lanzándose a sus brazos sin decir nada.

- Lo siento tanto – sollozaba – lo siento tanto.

- Shh – la consoló acariciando su espalda – ya estoy aquí, te dije que no dejaría que te alejaras.

- Solo quería protegerlos – susurró.

- Y yo solo quiero que te quedes.

Bella asintió todavía con el rostro enterrado en la clavícula derecha de Edward, lamentándose por el fracaso de su plan, pero agradeciendo que Edward hubiese salido en su búsqueda.

Chica linda, quédate conmigo.

Chica linda, quédate conmigo.

La radio seguía sonando y Edward comenzó a tararear la canción que se escuchaba, abrazándola y apegándola más a él, entregándole calor e indicándole una vez que no pasaría sola por todo aquello.


1 comentario:

Disclaimer

Los personajes no me pertenecen, son propiedad intelectual de Stephenie Meyer.
Las historias son mías o aclararé cuando no sea así, y todas están protegidas por Safe creative.
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VEROTA
Chilena de 23 años, estudiante de Ingeniería Ambiental y contadora de historias en su escaso tiempo libre. Filosófica, pensadora compulsiva y atea. Amante apasionada de la música, los libros, además de todo lo que tenga relación con The Beatles. Obsesionada con los 60's: Paz, Amor, Revolución!

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