Flying Cute Green Butterfly -->

viernes, 22 de octubre de 2010

Vencer Miedos - Outtake 1

Bueno este es un regalo para las que se pasan por acá. La verdad fue un momento de inspiración en el que llegaron a mí los sentimientos de Alice y Jasper y quise compartir un poquito con ustedes:


Alice


Aún no puedo creer lo que pasó con Bella. O sea, ella es la mujer más buena, comprensiva y desinteresada del mundo y pareciera que todo lo malo siempre le ocurre a ella.

Me siento culpable, sé que si yo no me hubiese metido y hubiese insistido con hacer la boda de manera lujosa, ella estaría casada y no sufriendo la humillación de que todos se sientan con el derecho de hablar de ella a sus espaldas.

Lleva cuatro semanas recluida en mi departamento. He querido muchas veces ir a verle, pero sé que necesita su espacio. Además, aún hay muchas especulaciones, dimes y diretes de lo que le ocurrió, cosas que ella no necesita escuchar.

Escucho el sonido de mi móvil, es Rose.

-Diga…-
-Ya no lo soporto, esta tarde iré a buscar a Bella y aunque sea a la rastra la sacaré de allí…-
-Déjame llamarla primero – lo menos que quería era obligarle a hacer algo que quisiera – es tarde, mañana me comunico con ella y trato de convencerla…-
-Deberíamos hacer un viaje las tres – propuso.
-Intentemos de a poco. Si acepta salir, intentaremos convencerla de hacer un viaje… -
-Mañana entonces, noche de chicas – hizo una pausa – hay algo que quiero decirles…-
-Hasta mañana – colgué.

Estaba tan preocupada por Bells que ni siquiera tenía curiosidad por saber lo que Rose tendría que decir.

Tengo ya tres meses de embarazo y noto mi barriga más grande de lo que debiera estar. Qué menos voy a pedir si como peor que una chancha. Hago levantarse al pobre Jazz casi todas las noches a suplir mis antojos.

Volviendo al tema de Bella, no sé qué hacer para que se anime. Siempre esperé el momento en que Bella y Edward terminaran o él cambiara su actitud. Edward cambió a mi hermana y la hizo una mujer dependiente y hasta un poco simple.

Esa cara de pocos amigos que siempre llevaba y esa manía de evitar las reuniones sociales me exasperaban. Lo peor es que Bella siempre se dejaba llevar por él.

Pero, aún así, ella lo amaba, lo sigue amando, y no es así como quería que terminaran las cosas. La idea era que Edward cambiara y viera la maravillosa mujer que era Bella y que por su culpa se estaba postergando, o bien, que mi hermana se cansara de él y lo dejara por estúpido. No quería que las cosas terminaran mal para ella. Solo Dios es testigo que nunca lo quise así.

La puerta de entrada se abre y veo aparecer a mi marido, cansado y triste. Deja su maletín en el perchero y se desabrocha un botón más de la camisa blanca que lleva. Me levanto rápidamente a abrazarlo y besarlo como bienvenida.

-Alice, no hagas esfuerzos – dice acariciando mi cara.
-Estoy embarazada, no enferma…ya ni siquiera tengo náuseas – respondo – Te ves cansado, ¿algún problema? – pregunto luego.
-No querrás saber lo que me tiene preocupado – me responde con un intento de sonrisa.

Seguramente se trata del tonto de Edward Cullen. Como si no le bastara lo que hizo con Bella, ahora quiere preocupar a Jasper haciéndose la víctima, como siempre lo hace. Como mi marido es más bueno que un bebé recién nacido, su amigo se aprovecha de él.

-Tienes razón, no quiero saberlo – me incliné para besarlo.

Jasper

Puede resultar tonto, pero a pesar de que sea Edward el propio culpable de todo, no puedo dejar de sentir pena por él. Está muriendo en vida. Acabo de ir a verle, otra vez. Sé que no está en sus planes recibir visitas, pero no lo dejaré solo, sé que me necesita. Mucho.

El día que fui a buscar las cosas de Bella, él estaba abrazado a una botella de whiskey y el departamento olía asquerosamente a cigarro. Eso no era una buena señal. Si no fuera porque Bella me había pasado sus llaves, no hubiese podido ayudarle.

Por mucho que intenté que hablara conmigo, sólo decía incoherencias. El nombre de Bella era lo único que entendía y eso me daba a pensar que el motivo de dejarla no fue la falta de amor.

Cuando le dije que se acostara a dormir me dijo que su cama era un lugar sagrado y que sin Bella nunca más podría dormir en ella, por miedo a que se perdiera la poca esencia que había quedado de su ex novia.

Las cosas de Bella las tenía empacadas. Según él se las iba a mandar a su oficina y por eso las había embalado.

Cuando vi el montón de cajas, me decidí sólo por las cosas que ella me pidió, pero también agregué una donde habían regalos que Edward le había dado. Yo sabía que esto había sido un mal entendido y tenía la esperanza que pronto se sentaran a hablar como personas civilizadas y quizás ser amigos para empezar de cero.

Hoy lo encontré peor. No deja de fumar como loco y aún le queda una semana de permiso en el hospital, si es que vuelve a trabajar. Sé que casi no come, pues ya se le notan los pómulos y casi no tiene mejillas, si no solo hueso.

Desde que vio a Bella por primera vez, cuando aún estábamos en la universidad, que él no puede pensar en ninguna otra cosa que no sea ella, a pesar que tuvo el valor recién tres años después de acercarse a ella, cuando su abuelo le dejó una herencia y él sintió que ya tenía qué ofrecerle. Por eso me preocupa, porque ahora que echó de su vida a su única razón de ser, temo que él deje de luchar.

Entro a casa y mi esposa llega de una carrera a saludarme y a pesar que le digo que no haga esfuerzos, ella no me hace caso. Ella odia que visite a Edward, pero es que él es mi amigo y no puedo dejarle solo.

– Te ves cansado, ¿algún problema? – me pregunta arrugando su entrecejo.
-No querrás saber lo que me tiene preocupado – respondo e intento darle una sonrisa.
-Tienes razón, no quiero saberlo – responde después de unos segundos de silencio y me besa como sólo ella lo sabe hacer.

Una canción que refleja los sentimientos de Edward:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Disclaimer

Los personajes no me pertenecen, son propiedad intelectual de Stephenie Meyer.
Las historias son mías o aclararé cuando no sea así, y todas están protegidas por Safe creative.
Photobucket
VEROTA
Chilena de 23 años, estudiante de Ingeniería Ambiental y contadora de historias en su escaso tiempo libre. Filosófica, pensadora compulsiva y atea. Amante apasionada de la música, los libros, además de todo lo que tenga relación con The Beatles. Obsesionada con los 60's: Paz, Amor, Revolución!

Followers