Bajó corriendo las escaleras. al parecer el guardia había encendido su camioneta, pues hacían cinco minutos que escuchaba el ruido del motor. Tomó su chaqueta del perchero ubicado al lado de la puerta y abrió la misma para salir.
- Bella – se sobresaltó, iba tan absorta en sus pensamientos que no notó la presencia de Sue a sus espaldas.
- Si, Sue – volteó y vio a Sue como cada mañana con un emparedado de jamón y un mug* con té verde con leche.
- Otra vez sales sin desayunar… te vas a enfermar si no comes – le entregó las cosas.
- Gracias Sue – las tomó y salió de casa hacia su camioneta.
Una vez dentro de su camioneta, echó el emparedado a la mochila – Para almorzar – pensó, y se puso en marcha rumbo a su infierno personal.
***
La clase de gimnasia pasó rápidamente y ella salió del lugar como alma que se lleva el diablo para evitar encontrarse con Mike, Lauren, o cualquier otra persona que quisiera importunarla. Pronto estaba camino a casa y las lágrimas volvieron a caer sin reparos, volvió a abandonarse al dolor como tantas veces lo hizo aquel mes.
Al llegar a su hogar, único lugar en el que se sentía segura, salió rauda del vehículo y entró a casa, evitó a Sue que la esperaba en el recibidor para recibirle las cosas y preguntarle cómo había ido el día, subió las escaleras y entró en su habitación, cerrando con seguro la puerta tras de sí.
Se dejó caer sobre la cama y lo primero que hizo fue abrir la mochila y sacar la arrugada revista escolar que seguía dentro, pesando como si fuese un montón de rocas. Vio otra vez la foto y no pudo, ni quiso evitar pasar sus dedos por ella, acariciando el momento, añorando aquellos cortos minutos en los que ella se sintió otra vez importante, en los que sintió que nada podía afectarla.
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