Violencia Silenciosa: Adelanto Cap. 33

Bueno, les traigo un adelanto bastante largo por si quieren matar la espera. Quiero creer que estará listo el lunes, pero prefiero no prometer nada porque nunca se sabe conmigo.

Casi se infarta cuando tras ella vió parado a Emmet Cullen, quien la miraba con una sonrisa pícara mal disimulada.
—Bella, cómo estás —saludó el mayor de los hermanos Cullen, mientras ella trataba de salir de su asombro.
—Bien —su voz no sonó para nada segura y eso hizo reír a Emmet.
—Tranquila, no le diré a nadie que te escapas por las noches para venir a dormir con Edward —debería haber sonreído, pero no podía porque estaba nerviosa, avergonzada y alerta a que Edward despertara y todo se arruinara.
—Tengo que irme.
—¿Sabes algo de mi madre? —preguntó él con el ceño levemente fruncido.
—Se está quedando en mi casa.
Sin decir nada más, dio media vuelta y abrió la puerta para salir de casa.
—Voy contigo —dijo Emmet tras ella.
¡Oh Dios mio, dime que este no es uno de tus estúpidos ángeles de la guarda! 
Pido mi derecho al libre albedrío, quiero hacerlo. 
Definitivamente se estaba volviendo loca, pero no podía creer que de todas las personas que podrían poner en peligro sus planes, finalmente quien menos esperaba estuviese a punto de arruinarlos.
—Te ves cansado, deberías dormir. Tu madre debe estar haciendo lo mismo.
—Tienes razón, pensé que era más tarde —murmuro él como disculpándose—. Entonces… supongo que nos veremos luego, Bella.
Abrió su camioneta. Casi se pone a llorar de nuevo cuando ve el paquete con el cuadro que había hecho para Edward.
—¡Emmet! —le gritó antes de que este cerrara la puerta —. ¿Puedes entregarle esto a Edward? —dijo cuando estuvo a su lado y él asintió recibiendo el paquete—. ¿Te puedo decir algo? —preguntó antes de que él volteara—: Edward te admira, no vuelvas a dañarlo como lo hiciste —sin dejarle decir más se subió a la camioneta y partió con ella a saltos.