Prometo actualización pronto, mientras un adelanto:
Esta nueva y a la vez sabida epifanía la hicieron tensar sus músculos y soltar la mano que Edward seguía tomando.
Él, por su parte, ya había vertido en contenido del polvo de sopa en el agua caliente y ambos esperaban a que estuviese lista, sentados alrededor pequeña mesa para el té color caoba cubierta con un mantel color mostaza.
Bella ni se había dado por enterada de que estaba allí, pero fue su nuevo descubrimiento el que la despertó del letargo y estaba comenzando a hiperventilar. No podía ser eso lo que las novelas describían como amor. El amor suponía muchas cosas que a ella no se le permitían, que ella se había prometido no sentir.
Edward en un movimiento brusco y algo desesperado la tomó por los hombros y la sacudió al verla temblar y con los ojos llorosos.
- Bella, cálmate – se escuchó serio y preocupado.
- Lo siento – murmuró, finalmente consciente de que estaba siendo ridícula. Lo miró y él seguía mirándola preocupado.
Respiró profundo, secó la lágrima que caía por su mejilla y sonrió levemente.
– Te quiero – deseaba decirle que sus sentimientos eran mucho más que esas dos palabras, pero no quería quedar expuesta de esa forma, limitándose a decir lo mismo que él había dicho algunos días antes.
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